Dar la Hora

2017 · Instalación · parte ‘Un tren que se perdió’.
Em5. Valparaíso, Chile.

Mi amigo Samba me propone imaginar que subo a un tren y que despierto en un espacio/tiempo otro. No lo logro. No me interesa. Me quedo con el concepto Tiempo e investigo su visualidad. Llego al Reloj. Compro varios de ellos y los intervengo. Los ato, les cuelgo hilos, los doblo, los pinto. Anulo los números y el tiempo cambia. La poética del movimiento prevalece sobre el objetivo original, el de dar la hora. Busco en mis fotografías imágenes de relojes ‘malos’ y descubro que tengo acumulado lo que se podría llamar ‘una serie’. Pero no, no son eso. Reviso estas fotos y las imprimo por ambos lados. En una cara está la imagen total y al reverso una ampliación de la misma imagen. Instalo las impresiones con masking tape en un muro de la sala. Decido montarlas perpendiculares a la pared. Así exhibo completamente su principal condición, no son un reloj, son una hoja de papel con tinta encima.
Busco entre mis cachureos y encuentro algo que instalo en otro muro, es un reloj de pulsera que está vacío.

 


Diez fotografías digitales. Impresión inkjet en cinco papeles fotográficos utilizados en tiro y retiro.
Reloj de arena; dos coladores plásticos, tres kilos de arena.
Dos plintos hechos con dos coladores plásticos y dos barras de escoba.
Cuatro relojes de pared intervenidos con hilos tradicionales y encerados.
Tres coladores contenedores de tres relojes rotos.
Un cuerpo de reloj de pulsera.
Una barra de escoba con un palo de brocheta adherido.